lunes, 22 de febrero de 2016

Mimar los detalles para no destruir la confianza...

Cuidado! En la organización de un evento hay que ocuparse de todo, grandes y pequeños detalles...

Algo que se nos pase por alto puede dar al traste con el éxito de un evento y si perdemos la confianza, perdemos la oportunidad. 

No consiste en ocuparnos solamente  de lo aparentemente importante, hay que poner mil ojos y tener todo bien atado.  

El personal que trabaje en el acto, auxiliares, azatatas, azafatos, tiene que estar debidamente preparado.

Una mala contestación, el retraso en atender a alguien, una deficiente disposición de la documentación, escaso conocimiento de la información que nos requiere, dudas a la hora de ubicar,...etc. pueden alterar nuestra imagen.

Hay que mantener un respeto, se está trabajando... no se puede estar sentado como en el salón de casa, charlando con el compañero del fin de semana  y que el asistente al evento tenga que esperar hasta que se desvelen los resultados del encuentro nocturno y si hubo llamadas posteriores...

El éxito de un evento no se mide solamente por los contenidos, se mide por el global del acto.
Los asistentes son los principales prescriptores, y de ellos depende el que se asista nuevamente y el que contraten a quien lo ha organizado. 


Un organizador de eventos, o un evento en sí mismo, ya sea particular o institucional  se "vende", principalmente boca a boca...

Cuando un acto finaliza nadie habla de personas, hablan de empresa...